jueves, 17 de diciembre de 2015

VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE





Creían en una vida de ultratumba, y se preparaban para ella, tanto siguiendo unas normas determinadas (Libro de los muertos) como preparando la tumba. 

Antiguamente solo los faraones tenían derecho a participar en la vida futura, pero al llegar el nuevo imperio todos los egipcios esperaban vivir en el más allá, y se preparaban, de acuerdo a sus posibilidades económicas, su tumba y su cuerpo; a los cadáveres se le extraían los órganos, que eran depositados en los Vasos canopos, y después cubrían el cuerpo con resinas para preservarlo, envolviéndolo con lino. En la cámara funeraria se depositaban alimentos y pertenencias del fallecido, para su uso en la otra vida. 

Culto a los muertos

La cultura Egipcia veneraba los antepasados porque querían conservar las enseñanzas morales y recordar los beneficios que habían recibido. Además, pensaban que el ser humano no moría por completo, pues su alma o ka, quedaba con vida, siempre y cuando el cadáver no se destruyera. Con tal fin practicaron la momificación.

Depositaban ofrendas en las tumbas y colocaban junto al muerto el Libro de los Muertos, que contenía la fórmula con que el alma debería defenderse ante el Tribunal de Osiris. Después de un año, la momia se colocaba en una barca, para ser arrastrada por las aguas del Nilo, con rumbo a la eternidad.

Juicio a los muertos

De acuerdo a la mitología egipcia el alma comparecía ante el Tribunal de Osiris. Hasta allí era conducido por el dios Anubis, donde 42 jueces examinaban su conducta eterna. El dios Thot, pesaba los pecados en la balanza de la justicia. Si el platillo se inclinaba por el lado de la culpabilidad, el alma era destrozada por un perro; de lo contrario podía disfrutar la felicidad de los dioses.


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